Está claro que uno de los principales procesos a través del cual aprendemos es la imitación. Según los expertos nacemos sin saber imitar y, durante los primeros meses, a la vez que aprendemos nuevos comportamientos también aprendemos a imitar. A medida que crecemos, seguimos perfeccionando esta capacidad; imitamos más y mejor.
Con ello, queda claro que cualquier conducta (las buenas y las no tan buenas) que el niño ve en sus padres serán susceptibles de ser imitadas. No sólo los padres serán modelos a imitar, el resto de su familia, el círculo de amigos más próximo, la escuela, la televisión,… serán fuente potencial de conductas a imitar. Con lo dicho anteriormente, se puede deducir que el comportamiento de los niños y, en un futuro, el del adulto puede haber tenido como origen la imitación de una conducta previamente observada.
Conducta del adulto ==> El niño imita la conducta ==> Refuerzo por parte del adulto (mayor cuanto más se parezca a la del adulto) ==> Repetición de la conducta por parte del niño.
Es un tema que nos interesa y preocupa. Por ello hemos creado una pequeña encuesta para recoger información sobre uno aspecto interesante del mismo. Si quieres participar en ella, la encontrarás al margen. Antes o después de contestarla puedes ver el siguiente vídeo, creemos que es clarificador.
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